«Los cineastas tenemos que enamorar al público»

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Alberto Arvelo recién llega del Festival de Biarritz para el cine y las culturas de América Latina realizado en Francia, donde inauguró su película Cyrano Fernández. Comenta que fue una experiencia muy emotiva porque Cyrano de Bergerac es un clásico en la literatura francesa muy importante para sus habitantes. «Fue hermoso ver a toda esa gente conmovida con la película», y recuerda que luego de la proyección todos se levantaron para aplaudir».

Los éxitos de este largometraje continúan y desde otro continente llega a suelo venezolano para recibir más reconocimientos: el premio municipal de cine que se otorgó ayer en la sala de la Cinemateca Nacional. La película se destacó en cinco menciones: Mejor Película, Dirección, Guión, Montaje, Sonido, y Mejor Actor a Edgar Ramírez.

Además, el film participa en la competencia de los mejores largometrajes, en el primer Festival de Cine Nacional que se realiza en la isla de Margarita.

UN MOMENTO PARA EL CINE
En comunicación desde su apreciada ciudad, Mérida, Alberto Arvelo cuenta que se siente contento porque en Venezuela se estén realizando eventos como el Festival de Cine Nacional, «eso refleja un crecimiento significativo en el área cinematográfica.

-¿Cuáles son sus expectativas para este festival?
-La mayor expectativa es estar allí, que se convierta en una fiesta del cine nacional, independientemente de quién gane los premios. En el país el cine está creciendo, al terminar el festival de Margarita inmediatamente viene el de Mérida, un evento con una gran tradición. Que puedan existir dos festivales de cine tan cerca, me parece realmente un motivo de celebración.

-¿Cuál es su opinión sobre el desarrollo del cine nacional en los últimos años?
-Lo que está ocurriendo, a su vez, es un reflejo de la Ley de Cine y de las políticas institucionales que se han aplicado. Esto ha aumentado la calidad y cantidad de películas, así como la participación de nuevos directores venezolanos. Estamos viviendo el momento estelar del cine, de variación de las estructuras.

Según destaca Arvelo, la industria se ha expandido de cara al público. «El año pasado creció en 50%, y la afluencia de espectadores fácilmente supera las 100.000 personas».

Enfatiza el cineasta que anteriormente esta cifra era difícil, por lo que está convencido de que hay una reconciliación del público con el cine nacional.

-Sin embargo, aún a las salas de cine les cuesta mantener varias semanas una película venezolana.
-La reconciliación del público es un proceso evolutivo, no puede ocurrir de un día para otro; tampoco podemos atribuirlo a la gente, somos los cineastas quienes tenemos que enamorar al público con nuestras producciones.

Aclara Arvelo que a los espectadores no se les puede pedir que vayan al cine porque es venezolano, «eso no es un valor en sí». Afirma que hay que ver cine porque es bueno y «eso ha ocurrido con las producciones nacionales, que pese a las dificultades, han ido mejorando en calidad».

-¿Sería necesario recuperar salas para mejorar la divulgación?
-Esto es fundamental. Hay una labor que se está haciendo desde la Cinemateca Nacional, para crear salas comunitarias, incluso he participado en la inauguración de algunas de ellas. Esta iniciativa no sólo permite la divulgación del cine venezolano en pequeños pueblos y sectores populares del país, sino del cine latinoamericano y de otras localidades del mundo, que usualmente no se pueden ver ni siquiera en los grandes circuitos.

Para Arvelo estas actividades ofrecen a la gente la posibilidad de acceder a otra cinematografía.

«Las personas pueden elegir un paladar emotivo diferente».

UN CINE TRANSFORMADOR
Cuando se estrenó la película Cyrano Fernández, Arvelo tomó la decisión de hacerlo en el barrio donde la filmaron, y lo hizo un poco para exhortar a los cineastas a que lleven cine a las comunidades, «que no sea para las élites sino para todos».

-En ese sentido, el cine es una herramienta de transformación.
-Sí, de renacimiento, incluso de redención, y desde ese punto de vista, el cine como el gran arte de nuestra época, tiene una responsabilidad fantástica. Hay que tomar el ejemplo, emular el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, y llevar el cine a lugares con más fuerza, que justamente son los sectores populares.

-¿Cuál es la responsabilidad que afronta con su carrera?
-Los premios son un reconocimiento, pero los retos son otros. Lo importante es hacer un cine mejor cada día, aprender de nuestros errores, brindar un cine coherente con el país, consciente, que pueda hablar de otros temas. La cinematografía en América Latina ya no se puede ver como un problema personal, el arte tiene otro sentido, ya no es alimentar el ego o las propias necesidades estéticas, tiene que ver con sembrar y dejar otra huella, con trascender.

De esta manera, Arvelo revela que en la actualidad está apoyando la creación de una película de Cine Átomo titulada El paraíso del más allá, la cual está dirigida por un chico de 23 años y que viene acompañando desde su gestación.

Destaca el cineasta que trata de no ser retórico con esa idea de apoyar a las nuevas generaciones que desean hacer cine, y quedarse en la intención, hay que accionar y provocarlo. «Estoy muy contento con el resultado de esta película, un casting de personas que se entregaron con la misma fe y conciencia que yo lo hice».

-Precisamente en el Festival de Cine de Margarita va a dictar un taller sobre el proyecto de Cine Átomo.
-Pedí que estuviera abierto al público general, porque el Cine Átomo está dirigido a todo el que tenga la idea, el sueño, la ambición de hacer una película. Estamos dispuestos a conocer, sembrar alternativas para el cine en distintas partes de Venezuela a través de este proyecto.

Para concluir, este creador que tiene en su haber diversos largometrajes y documentales, ofrece una reflexión sobre el cine como proyecto de vida, en la que considera que la dificultad principal es el guión. Por ello insiste en que se debe invertir en formación de guionistas. «Hay mucha pasión, hemos tenido mucho crecimiento en el área técnica, pero debemos concentrarnos en las historias».

Confiesa que también hay una dificultad del joven cineasta para lograr su propuesta, pero a medida que ha mejorado la inclusión de nuevas películas a través del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac), la Villa del Cine y el Cine Átomo, las dificultades son internas, de los realizadores. «Somos los cineastas, guionistas, actores, en fin, todos los que hacemos cine, quienes debemos hacer un esfuerzo para tratar de crear un cine venezolano más consciente, más sólido, que llene las inmensas expectativas de la audiencia nacional».

Source:entornointeligente

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